Por Gustavo González
Llegamos a fin de año cansados, acelerados y con mil cosas en la cabeza. Y justamente en esos momentos —cuando estamos apurados, distraídos o emocionalmente cargados— es cuando más vulnerables somos en el mundo digital.
En este episodio de Tecnología al Paso hablamos de un tema que nos preocupa a todos, aunque muchas veces lo subestimemos: la seguridad digital. No desde el lugar del experto técnico, sino desde el sentido común. Porque hoy, cuidarnos en Internet es tan básico como cerrar la puerta de casa con llave.
Las contraseñas: la llave de nuestra vida digital
Así como usamos una llave para entrar a casa, la contraseña es la llave de nuestra vida digital.
El problema es que muchas veces:
- usamos contraseñas débiles (“123456”, fechas de nacimiento, nombres propios),
- repetimos la misma contraseña en todos lados,
- las anotamos en papeles, cuadernos o notas del celular,
- o las compartimos por WhatsApp o correo electrónico.
Todo eso es exactamente lo primero que buscan quienes intentan robar información.
Errores comunes (y peligrosos)
- Usar la misma contraseña para el banco, el mail y redes sociales.
- Elegir datos fáciles de adivinar (cumpleaños, DNI, nombres).
- Guardarlas en papel cerca de la computadora.
- Guardarlas en notas sin protección en el teléfono.
Si alguien accede a tu correo electrónico, puede resetear casi todas tus otras contraseñas. Por eso, el mail es la cuenta más crítica de todas.
Cómo crear contraseñas seguras sin volverse loco
No hace falta ser ingeniero ni memorizar códigos imposibles. Algunas reglas simples ayudan muchísimo:
Usar frases de contraseña
Ejemplo:
MateConLeche2025!
Son:
- largas,
- fáciles de recordar,
- difíciles de adivinar.
Lo importante es que no estén asociadas directamente a vos (apodos, equipos de fútbol, fechas públicas).
Gestores de contraseñas: aliados indispensables
Hoy existen herramientas muy seguras que permiten guardar todas las contraseñas en un solo lugar protegido por una “contraseña maestra”.
Algunas opciones confiables:
- 1Password
- Bitwarden
- Gestor de contraseñas de Apple
- Google Chrome Password Manager
Ventajas:
- Generan contraseñas fuertes automáticamente.
- Las completan solas en cada sitio.
- Se sincronizan entre celular y computadora.
- Protegen el acceso con huella, rostro o contraseña maestra.
La clave es usar herramientas confiables, no cualquier app desconocida.
Doble factor de autenticación (2FA): una barrera fundamental
El segundo factor de autenticación es una de las mejores defensas actuales.
Funciona así:
- Ingresás tu contraseña.
- El sistema te pide una segunda validación:
- un código por SMS,
- una notificación en el teléfono,
- una app autenticadora,
- o WhatsApp.
Aunque alguien robe tu contraseña, sin tu teléfono no puede entrar.
Activar 2FA es altamente recomendable en:
- correo electrónico,
- bancos,
- Mercado Libre / Mercado Pago,
- redes sociales,
- WhatsApp.
WhatsApp: el blanco preferido de las estafas
WhatsApp es una de las aplicaciones más atacadas porque:
- tiene tus contactos,
- se usa como segundo factor de autenticación,
- genera confianza inmediata.
Estafas comunes
- “Soy tu hijo, cambié el número.”
- “Necesito una transferencia urgente.”
- “Te mando este link del correo.”
- “Oferta imperdible por tiempo limitado.”
Casi siempre hay urgencia, porque la urgencia anula el pensamiento crítico.
Regla de oro:
ante la duda, llamar por teléfono antes de responder o transferir dinero.
Ingeniería social: el robo sin hackeo
Muchas estafas no usan tecnología avanzada, sino algo más simple: información pública.
Redes sociales mal cuidadas permiten:
- saber fechas de cumpleaños,
- ver matrículas, patentes, títulos,
- copiar fotos de perfil,
- construir mensajes creíbles.
Un ejemplo real:
Un oyente detectó una estafa porque el mensaje decía “bendiciones”, algo que su familiar nunca usaría. Ese pequeño detalle evitó un fraude.
Links, archivos y sitios web: mirar antes de hacer clic
Antes de abrir un link o archivo:
- verificar quién lo envía,
- desconfiar de mensajes inesperados,
- llamar o escribir para confirmar.
En sitios web:
- verificar que tengan el candado de seguridad (HTTPS),
- revisar la dirección completa,
- buscar referencias externas antes de comprar.
El candado indica que el sitio tiene un certificado de seguridad válido, aunque no garantiza al 100% que no sea fraudulento. Es una condición necesaria, no suficiente.
Ransomware: cuando secuestran tus datos
Uno de los delitos más graves hoy es el ransomware:
- se bloquea el acceso a archivos,
- se pide rescate (generalmente en criptomonedas),
- la empresa o persona queda paralizada.
La única defensa real es:
- copias de seguridad (backups) frecuentes,
- almacenadas en lugares seguros,
- fuera del sistema principal.
Según el FBI Internet Crime Report, los ataques de ransomware siguen creciendo año a año y afectan cada vez más a pequeñas empresas.
Fuente: https://www.ic3.gov
¿Qué hacer si sospechás que te hackearon?
- No borrar todo impulsivamente (podés perder pruebas).
- Cambiar contraseñas de inmediato (mail, bancos, redes).
- Activar o reforzar doble factor.
- Guardar evidencias (mensajes, mails, capturas).
- Denunciar en la entidad correspondiente.
Pero lo más importante es prevenir, porque recuperarse suele ser complejo y estresante.
Teléfonos bloqueados: ¿son invulnerables?
No.
Los teléfonos bloqueados son más seguros, pero no invulnerables.
- iPhone suele ser más cerrado por su integración hardware–software.
- Android, al funcionar en muchos dispositivos distintos, tiene más puntos de entrada posibles.
Conclusión:
bloquear el teléfono, usar huella o rostro y mantenerlo actualizado reduce muchísimo el riesgo, pero no elimina la necesidad de buenos hábitos.
Seguridad digital = hábitos cotidianos
No se trata de vivir con miedo ni de convertirse en experto en ciberseguridad.
Se trata de incorporar hábitos simples, como aprendimos a:
- cerrar la puerta de casa,
- no dejar la llave a la vista,
- desconfiar de desconocidos.
En el mundo digital, esas llaves son:
- las contraseñas,
- el correo electrónico,
- el teléfono,
- la atención y el sentido común.
Reflexión final
Vivimos conectados. Eso no va a cambiar.
Lo que sí puede cambiar es cómo nos cuidamos.
La seguridad digital no es un problema técnico: es un tema cotidiano, humano y cultural.
Con pequeñas acciones, podemos reducir enormemente los riesgos y usar la tecnología a nuestro favor.
Ese es, justamente, el espíritu de Tecnología al Paso:
entender lo que pasa, sin miedo, sin tecnicismos, y con los pies sobre la tierra.
Fuentes y lecturas recomendadas
- FBI – Internet Crime Report: https://www.ic3.gov
- Google Safety Center: https://safety.google
- WhatsApp Security: https://www.whatsapp.com/security
- INCIBE (España) – Guías de ciberseguridad: https://www.incibe.es
- NIST – Password Guidelines: https://www.nist.gov

