Negocios y familia por los Estados Unidos

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En todos los ámbitos laborales se busca el equilibrio justo entre la familia y el trabajo. Con el avance de los dispositivos móviles y quizás se podría culpar a Blackberry (?) que inicialmente comenzó trayendo los correos electrónicos a la palma de la mano y posteriormente a todas las empresas que ahora se disputan el negocio de los smartphones o teléfonos que ya dejaron de lado al “hablar por teléfono” para ofrecer todo tipo de aplicaciones.

Por mi trabajo, he viajado mucho por los Estados Unidos, pero este viaje junto a mi familia era una experiencia completamente nueva y fascinante. Quizás la parte más desafiante es que tenía por delante un viaje de 4 semanas, con escalas en 4 estados y además con el reto de llevar adelante una tarea que estaba fuera de mi zona de confort relacionada más al aspecto de marketing que al de la tecnología.

El relato tiene una mirada muy personal, y trata de ser un disparador para contar personalmente anécdotas -que las hay y muchas- pero más que nada para transmitir los lugares, las experiencias y sensaciones de un viaje plagado de buenos momentos. Si bien mi hija mayor tenía su diario -promesa a su abuelo- sería genial poder leer las historias paralelas de mi esposa que son tanto o más sabrosas que esta crónica.

El viaje comenzó con el armado de las valijas, que claro no era lo mismo que orquestrar mi única valija de viaje sino tener en cuenta aspectos de salud para todos (amplio botiquín de primeros, segundos y hasta diría terceros auxilios), luego la parte de pañales y por último un batallón de ropa, que como está claro el sexo femenino (y en mi caso mi familia son amplia mayoría) necesitan de varios cambios de ropa y calzado, a pesar que los lugares donde íbamos a estar eran extremadamente cálidos -es decir, ropa liviana.

Comenzamos en Ezeiza con 3 valijas y nuestro primer destino final era el aeropuerto de Chicago. Previa escala en New Jersey, con una espera de 1 hora y 45 minutos entre avión nos daba la tranquilidad de poder hacer migraciones y pasar nuestras valijas por aduanas sin mayor riesgo. Pero ese no fue el caso, llegamos junto a varios aviones y eso hizo que la cola para inmigraciones sea enorme y con un simple vistazo se podía prever que nos iba a tomar más de 1 hora… Esperamos un poco y vino el primer pedido al oficial. Con cara de poker, nos mandó de nuevo a la cola, pero a los 30 segundos vimos que hablaba con otro oficial y eso nos dama una luz de esperanza. Y sí, apareció el llamado salvador que nos hizo llegar directo a un agente de migraciones y posteriormente -corrida incluida- salimos raudos a buscar y dejar equipaje en la conexión y volar hacía el otro avión.

Nuestro pobre estado físico se hizo notar, pero llegamos últimos a abordar la conexión hacia Chicago, y nos quedaban unas 3 horas de vuelo. Las pequeñas se comportaron muy bien y eso hizo que se hiciera quizás más corto.

Tras las 16 horas totales de vuelo, y sumado al viaje en auto de casi 5 horas desde Villegas hacia Buenos Aires, finalmente llegamos a Chicago. El próximo paso era alquilar el auto para ir hacia Green Bay, Wisconsin. Al parecer y cuando organizamos el viaje, quizás pensar en 3 o 4 horas de viaje en auto parecían sencillas, pero después de todo el trajinar se hicieron largas. Green Bay, WI casa del equipo de fútbol americano “Packers” y lugar donde IT Convergence tiene una oficina, nos dio la bienvenida con un calor abrazador -del calor que hacía! 40 grados a la sombra. Empezamos a sentir ese calor que nos iban a acompañar durante casi todo el viaje.

La familia instalada, llegó el lunes primer visita a la oficina donde conocí personalmente a parte de mi equipo de trabajo, y a prepararme para hacer algunas presentaciones. Mientras las mujeres recorrían la ciudad visitando parques, zoológicos, etc. el martes ya comenzaban a llegar ejecutivos y aprovechaba la ocasión para hacer presentaciones. El miércoles me llevaron hasta el aeropuerto de Green Bay, donde partía hacia Austin, Texas donde se hacía un evento de Oracle Application User Group (OAUG) y en el que tenía que dar una presentación sobre el proyecto que estamos llevando adelante en IT Convergence “Fusion Applications”. En el viaje que duró 30 horas desde que deje Green Bay hasta mi regreso, tuve reuniones con varios conocidos de Oracle y además algunas empresas que mostraron gran interés en el proyecto.

Ya de vuelta en Green Bay, aproveche para llegar corriendo a una cena formal con distintos gerentes y directores de la IT Convergence como parte de reuniones de mitad de año.

El viernes asistí a presentaciones de proyectos y iniciativas para lo que resta del año y comenzamos a utilizar un equipo de video para hacer testimonios de distintos miembros de la empresa que van a ser utilizados como herramienta de marketing interno.

El fin de semana, tuvo mucha adrenalina porque visitamos la casa de los padres del presidente de la empresa junto a uno de los inversores y miembro del directorio de India, que queda en un lago al norte de Green Bay. En la visita hubo un intento de hacer waterboard (el cual fracasó) pero disfrutamos mucho el poder jugar en el agua junto a las chicas.
El domingo visitamos un parque acuático y a la tardecita fuimos a un parque de diversiones que tiene una montaña rusa, que según decía el cartel explicatorio: “Zippin Pippin” la montaña rusa que enamoró a Elvis Presley -quien la usó por 2 horas y fue la última vez que se lo vió en público antes de morir a los pocos días.

El lunes estuvo lleno de reuniones sobre planes de marketing e iniciativas relacionadas a nuevos negocios junto al presidente y máximo responsable de Marketing de la empresa.

El martes era la primer visita a un cliente para hablar sobre estrategia de sistemas. El cliente quedaba a 4 horas en auto desde Green Bay. Me acompañaron las 2 chicas que trabajan en mi equipo como para hacer sus primeras armas en reuniones con clientes. El camino estuvo plagado de sorpresas. Principalmente porque en un momento se terminó la autopista y comenzó una ruta al estilo “Argentino” -en lo cual me sentía como en casa- pero el problema fue que me sentí tan cómodo que se me puso un poquito pesado el pie y en un momento vislumbre un auto todo negro con luces en el techo que: primero paso en dirección contraria, pero instantáneamente y casi como en la serie “Los Dukes de Hazzard” giró en la banquina y comenzó en lo que imaginaba era mi persecución. Y así fue nomás. Me detuve a un costado, y comencé a explicarle que al haber salido de la autopista, perdí noción de la velocidad y eso hizo que anduviera un tanto más rápido que la velocidad permitida. El oficial, siempre respetuoso, me pidió los papeles del auto (que era alquilado) y luego fue con mi flamante DNI (creí que era mejor que darle la licencia de conducir villeguenese que carece de mi fecha de nacimiento) a verificar. Esos minutos en los que estuvo en su auto “verificando” parecieron horas, pero finalmente me lo devolvió y me dijo que anduviera más prudentemente.

La reunión con el cliente fue un éxito porque el CIO de la empresa es una persona muy influyente en el mundo de la informática y quedó muy satisfecho con la exposición que hice. Además ayudó a identificar más oportunidades de negocios que van a estrechar aún más la relación con ITC.

La vuelta, si claro 4 horas más de viaje, no fue con velocidad extrema pero si con ganas de llegar y sobre el final (la última hora) una lluvia torrencial hizo que me dieran ganas de parar -porque no se veía nada- pero al mejor estilo Di Palma, seguí viaje hasta llegar a destino.

El miércoles transitó con reuniones en la oficina de ITC y algunas grabaciones a empleados de la empresa y por la tarde a acomodar las valijas para ir hacia el próximo destino.

Durante la semana se hablaba mucho sobre como los “farmers” imploraban por la lluvia, lo cual me traía muchos recuerdos del diciembre pasado en Villegas donde el viento levantaba una polvareda por la falta de lluvia. Claro, y tras tanto pedido la lluvia llegó justo el jueves que salíamos para tomar el avión. El itinerario era el siguiente: salíamos temprano desde Green Bay y hacíamos una parada en Milwakee donde visitaba un cliente en esa ciudad y luego continuábamos viaje hacia Chicago donde dejábamos el auto y tomábamos el avión. Para ello estaba con mi disfraz de trabajo. La lluvia hizo que me empapara, y eso sumado a subir las 4 valijas (claro, el lector puede apreciar que ya se había sumado una más a las originales) más el equipamiento de video. En fin, mi viaje de 2 horas hasta Milwakee fue tratando de secar la camisa y que quedara decente.
El cliente, es una empresa muy importante que originalmente fabricaba candados y luego extendió su portfolio a todo tipo de elementos de seguridad. La reunión fue muy buena, y logramos grabar un testimonio muy bueno del director de tecnología sobre los servicios de IT Convergence. Trabajo cumplido y seguíamos viaje, mientras le dejábamos a un compañero de trabajo una de las valijas (cuyo peso era indescriptible) para que la guardara hasta nuestro regreso a Chicago 2 semanas después.

Comenzamos a sufrir los viajes domésticos, que tienen restricciones de peso en el equipaje, y además de ser mucho más estrictos cobrando el equipaje. El destino era Irvine, California, ubicada al sur de Los Angeles. El objetivo era una charla en un evento organizado por el grupo de usuarios de Oracle del sur de California.

El viernes pasó rápido para mi con la charla a más de 50 personas, con preguntas muy interesantes y charlas en el stand de IT Convergence con empresas que están planificando la actualización de sus sistemas. Por la noche, fuimos a cenar a lo de una compañera (Clarisa) del flamante grupo de usuarios de Oracle Argentina que vive en el área. Pasamos una noche buenísima hablando sobre la experiencia de vida de su familia en Estados Unidos. Julio, el esposo trabaja para Microsoft así que nos cursamos varios chistes sobre la competencia entre Oracle y Microsoft… Dentro de los temas estuvo el evento del grupo de usuarios Argentina, donde por primera vez se van a presentar más de 11 personas expositoras de las últimas tendencias de Oracle y parte del Oracle Technology Network tour, que ambos no íbamos a poder estar físicamente.

El sábado fue día de acción, con unos 40 grados a la sombra fuimos a Disneyland en Anaheim California. Llegamos a las 9 de la mañana y soportamos estoicamente el calor junto a las chicas corriendo de un lado para otro y aguantando colas largas hasta los fuegos artificiales de las 10 de la noche… El domingo no se detuvo el ritmo y paseamos por Los Angeles, el Hollywood boulevard, el teatro chino, fotos con el cartel de Hollywood, Coconut Grove (no, no compramos nada) y finalmente terminamos en la playa de Santa Mónica.

El lunes empezó temprano con conferencias telefónicas, mientras las chicas paseaban por la playa de Newport, y una reunión con el Program Manager de Oracle para la implementación de Fusion Applications de IT Convergence, con quien tengo reuniones telefónicas desde hace varios meses. Por la tarde era momento de partir al próximo destino. Ya habíamos pasado por los primeros 2 estados.

Llegamos a Dallas, Texas por la noche, ya tarde, previa escala en Denver, y por suerte las pequeñas dormían plácidamente mientras nosotros movíamos valijas al nuevo auto.
El martes fue la primer reunión con una organización gubernamental que utiliza los servicios de IT Convergence. Una charla muy interesante sobre los planes y las distintas dificultades que atraviesan por ser una organización estatal. El miércoles, empezamos el día cambiando de hotel, porque no cumplía los requisitos mínimos… y siguieron reuniones con gente de Oracle en el sector canales de la región TOLA (Texas, Oklahoma, Lousianna y Arkansas).
El jueves más reuniones con Oracle, que derivaron en la visita a una nueva empresa en conjunto con Oracle para ofrecerle nuestros servicios.
El viernes estuvo movido y mi familia me acompañó durante todo el día, oficiando de chofer… por la mañana visita para hacer una propuesta a una nueva empresa y por la tarde a un cliente a discutir sobre su planificación estratégica de sistemas y grabar un testimonio donde comentaron la eficiencia de los servicios ofrecidos por ITC en China. En el medio atendiendo conferencias telefónicas…

El Sábado siguió la acción en familia en un parque acuático con unos toboganes enormes en donde la adrenalina estuvo a flor de piel… El domingo fue también con más agua en un parque acuático distrital (más chico que el del día anterior, pero con menos gente también).

El lunes, nuevamente a empacar y salir para el destino final en familia. Vuelo directo a Chicago donde llegamos tarde y encontramos un Wendy’s abierto para comer algo. Es difícil encontrar lugares para cenar después de las 11 y media de la noche…

La oficina de IT Convergence se encuentra en las afueras de Chicago, en una ciudad llamada Naperville. El hotel quedaba en frente a la oficina lo que hacía súper sencillo moverme. El martes temprano con una visita a un cliente a 1 hora de la oficina y posteriormente un poco más de trabajo en la oficina paso rápido.
El miércoles y jueves fue dedicado a los proyectos internos y conociendo gente con la que trabajo a diario y unir voces con caras. Hay 2 argentinos trabajando en la oficina de ITC, así que aprovechamos para hablar y ponernos al día con las novedades del país. Uno de ellos ligó un paquete de yerba que habíamos traído…

El jueves, fuimos a cenar un “asado americano (cocinado a gas)” con un viejo amigo de la facultad que hace más de 12 años que vive en Chicago. Era hermoso ver como su hija de 12 años (bilingüe), le traducía a mi hija los juegos o actividades que hacían. A la vuelta al hotel, comenzamos con el operativo valijas. Estábamos preparados. Habíamos comprado una balanza, entonces comenzamos a acomodar las 3 valijas con las que se volvería mi familia a Villegas y con la que me iba a quedar yo en lo que quedaba de mi viaje. No pudimos terminar así que quedó para el otro día.
Ya el viernes, nos dimos cuenta que la “materia es impenetrable” y por lo tanto las 3 valijas se transformarían en 3 valijas más un carry-on y que en mi caso iba a continuar mi viaje con una al límite de peso…

La ida al aeropuerto fue con música ambiente de llantos por una pelea entre las chicas sin sentido. Se notaba el malhumor por el tiempo lejos de las cosas cotidianas. Se olfateaba el olor a despedida en el ambiente, a tristeza después de tanto tiempo tan juntos y tan al límite.

La despedida fue corta porque tenía que tomar un avión de otra empresa en una terminal lejos de donde salían las chicas. No me gustan las despedidas. Me subí sólo al tren que me llevaba a la terminal 3 con los ojos llenos de lágrimas. Las iba a extrañar mucho.

A partir de ahora la historia de este viaje la iba a seguir escribiendo sólo.